La Laguna del Campillo es una antigua gravera de Madrid, que estuvo en funcionamiento hasta los años 80. En esa época, se llegó mediante la excavación al nivel freático, que sumado a las aguas de lluvia termino provocando que el agua llenara la cubeta.
Posteriormente se realizaron trabajos de reacondicionamiento del entorno, limpiando la zona, suavizando las orillas y realizando plantaciones vegetales para crear un sitio idóneo donde surgiera un nuevo ecosistema.
Los trabajos dieron sus frutos, y hoy en día es un lugar con una gran biodiversidad, donde por ejemplo encontraremos a muchos aficionados a la ornitología dado que se ha convertido en una zona de paso importante para las aves.
Está considerada como aguas libres no trucheras, pudiendo pescarse todo el año con la licencia de pesca de la comunidad autónoma, en la modalidad “sin muerte”. Según la orden de vedas, los márgenes definidos son: en sentido horario, desde el observatorio de aves situado enfrente de la nave techada de la fábrica de viguetas, hasta el inicio de la lengua de tierra situada frente al Centro de Educación Ambiental. En resumidas cuentas, se puede pescar la parte oeste pero no la este.
A nivel de ictiofauna, inicialmente se podría decir que esta laguna era el “paraíso del barbo”, en ella se capturaban de forma abundante y de generosos tamaños, no obstante, el paso del tiempo y las especies invasoras fueron deteriorando su población hasta reducirla de forma dramática. Hoy en día podemos ver en las orillas percasoles, gambusias y alguna bermejuela o tal vez calandino. A nivel de pesca deportiva lo que atrae de esta laguna es por un lado una población estable de carpas, en general de no mucho tamaño, y por otro lado otra población estable de blackbass. En el caso de los blackbass también encontraremos pequeños tamaños, pero está constatado que existen ejemplares que sobrepasan los 2kg a pesar de que no se dejan ver muy a menudo.
La laguna está situada muy próxima al Río Jarama, llegando en algunos tramos a estar a tan solo 50 metros de dicho Río. Tal vez, esto provoca que muy puntualmente aparezca algún lucio en sus aguas -mejor no saber cómo-, pero no es una especie que vayamos a encontrar por lo general. Este hecho nos brinda la oportunidad de alternar pescando en el río y en la laguna.
Conseguir capturas en la laguna es por lo general una tarea difícil, y desde luego existen otras masas de agua en las que tendremos más éxito por norma general, pero para los residentes en los alrededores del sur de Madrid es un buen lugar donde matar el gusanillo. También es interesante acudir en épocas frías ya que el agua de la laguna se mantiene a una temperatura más estable al no recibir el aporte directo de ríos o arroyos.
Si llevamos vadeador podremos entrar al agua en determinados puntos como el de la foto inferior para realizar lances paralelos a la orilla.
En caso de no llevar vadeador, estaremos algo más limitados pero siguen existiendo buenos sitios desde donde realizar lances:
Por último, comentar que hay muchas lagunas en la zona pero la mayoría están completamente vedadas, se recomienda consultar la orden de vedas en caso de querer explorar alguna.