Situado entre Guadalix de la Sierra y El Vellón, se encuentra el pantano de Pedrezuela (también llamado del Vellón) con una capacidad máxima de 41 hm3. Está catalogado como coto ciprinícola de captura y suelta, y podremos pescar en el si tenemos la licencia comunitaria y además sacamos un permiso con un coste general de 4 €. Esto podremos hacerlo online a través de la web de la Comunidad de Madrid, o preferiblemente a través del enlace: https://www.tiendaclubdepescaelvellon.com/ gestionado por el club de pesca local. Como es habitual, existen descuentos para menores de 16 años, mayores de 65, discapacitados y ribereños siendo el importe de 2 € en estos casos.
Para sacar el permiso presencialmente, podéis acudir al bar Sol de Guadalix o al bar Luna de El Molar.
El principal afluente es el río Guadalix, en la cola del pantano. En su día llegaban truchas desde sus aguas, pero hoy en día esto no ocurre. El coto está dividido en tres tramos:
Tramo 1: orilla derecha aguas abajo desde el aparcamiento de la ermita de Ntra. Sra. La Virgen Del Espinar hasta la entrada del Arroyo de Valesaelices.
Tramo 2: orilla izquierda aguas abajo desde El Arroyo de Caragüeña hasta el talud de la antigua carretera que cruza el embalse a la altura del Peñón del Montecillo.
Tramo 3: desde la entrada del Arroyo de Albalá (zona del club de escalada) hasta la presa.
Para una mejor definición, podéis observar el siguiente mapa:
Las dos primeras zonas son de grandes playas y poca profundidad, en su mayor parte arenosas, excepto por algunas pequeñas zonas de roca y en las entradas de los arroyos, donde se concentra más vegetación. En el primer tramo, si usamos vadeador, debemos extremar la precaución pues existen pozos con una profundidad de un par de metros en la playa que nos pueden dar un gran susto.
El tercer tramo es diferente, comenzando por una zona con mucha vegetación sumergida y poca profundidad cerca del Arroyo de Albalá y alcanzando bastante más profundidad y rocosidad según nos acercamos a la presa. Tal vez sea este último el mejor punto si nuestra intención es capturar un ejemplar grande.
El estado del coto es, en general, bueno. Cuenta con un guarda que se encarga de revisar los permisos, hacer cumplir las normas y mantener limpio el entorno. Este sitio alcanzó mucha fama hace años, cuando en una sola jornada podías pescar cuarenta o cincuenta lucios sin despeinarte, pero -como viene siendo habitual en tantos lugares- esos días ya pasaron y ahora cuesta bastante más conseguir alguna picada. A pesar de ello, sigue siendo uno de los mejores sitios para la pesca del lucio cerca de la capital aunque no suelen salir ejemplares récord, siendo lo más habitual obtener capturas de ejemplares pequeños y medianos (de hasta 4 o 5 kgs).
Como buen coto ciprinícola, no podía faltar una abundante población de carpas, cuyos tamaños pueden llegar a ser considerables; no obstante, no se tiene constancia de tamaños récord. En su día hubo barbos pero actualmente no se encuentran, habiendo en el aire una iniciativa de repoblación de los mismos sin haberse concretado mucho más. Como compensación, tenemos desde hace poco a un nuevo ciprínido invitado: el escardino. A pesar de que este pez no suele superar los 20 cm es un aliciente para acudir a tachar de nuestra lista de capturas una especie más.
Como pez pasto encontraremos percasoles; antaño, había tencas, si bien su presencia actualmente -de haberla- es testimonial.
En los últimos años se han dado rumores de haber visto algún blackbass suelto, algo que no ha sido posible confirmar todavía, y por el momento el único depredador al que podremos tratar de engañar es al ya mencionado lucio.