Coto de Angostura I

El coto de Angostura, situado en el Río Lozoya y con una longitud de 4,8km, es uno de los más históricos y emblemáticos de la Comunidad de Madrid. Está considerado aguas trucheras y el periodo hábil por lo general va desde el 1 de mayo hasta el tercer domingo de Julio. Durante dicho periodo es pescable todos los días en modalidad de captura y suelta (la única autorizada) excepto el jueves que permanece vedado. Tan solo se expiden 5 permisos por día con un precio general de 6,75€. Los ribereños tienen descuento además de 3 permisos aparte reservados todos los días. Dado que en principio no hay consorcio con ninguna asociación de pesca, solo se pueden obtener los permisos a través de la web de la Comunidad de Madrid: https://gestiona.comunidad.madrid/gpcp_inter/secure/solicitud.jsf o presencialmente en sus oficinas.

Existe un concurso para la expedición de permisos en este coto, junto al de Rascafria II y Alameda III de la siguiente temporada, en el que nos podemos inscribir desde el día 1 al 30 de noviembre. Una vez celebrado el sorteo, entre los días 20 a 28 de febrero de la temporada en curso podremos elegir nuestras fechas por riguroso orden de acceso a la aplicación o tramitación presencial. Antiguamente en las épocas de bonanza y pesca con muerte este sorteo era importante, hoy en día con la pesca sin muerte obligatoria quedan multitud de permisos sobrantes por lo que no tenemos que preocuparnos en exceso por el concurso salvo que tengamos preferencia por pescar en una fecha muy concreta.

Puente de la Angostura que da nombre al coto.

Este coto tiene como excepción que solo se permiten montajes de una línea con un solo anzuelo (nada de pescar a la leonesa con tres moscas y rastro).

Durante los casi 5km de coto, nos moveremos desde los 1500m de altitud en su limite superior hasta los 1300m en su parte inferior. La cobertura móvil es totalmente inexistente en todo el tramo ya que estaremos metidos en una garganta en una zona donde ya de por si apenas hay, de manera que es conveniente llevar abundante bebida, alimentos y un chubasquero o alguna prenda extra si existe la posibilidad de que nos vaya a llover.

Su limite superior, lo marca la unión de los arroyos Guarramillas y Peñalara, mientras que el inferior está situado a 300 metros de la Presa del Pradillo.

El limite inferior se sitúa aproximadamente en la instalación de la foto

El Lozoya transcurre en este tramo unas decenas de metros más abajo paralelo a la carretera M-604 que va desde el Puerto de Cotos hasta Rascafría.

Lo que hace acudir a este lugar cada año a los pescadores es una buena abundancia de trucha fario -considerada por unos una subespecie de la trucha común, y por otros la misma especie- eso sí, de pequeño tamaño.

Trucha fario del tamaño habitual en el coto.

Casi todo el mundo que pesca aquí coincide en que el entorno es uno de los más bonitos en los que han usado la caña, siendo zona de montaña y de aguas claras.

La belleza del lúgar es innegable.

La orografía de esta zona es relativamente escarpada, no obstante, el río ha ido alternando pozas con zonas de corriente a modo de escalones de manera que nuestra forma de pesca puede ser aplicable una y otra vez a lo largo del tramo. Dado que las truchas suelen estar en las pozas, podemos acceder a ellas por su parte trasera para no ser detectados, y realizar varios lances aguas arriba donde creamos (o veamos) que están situadas. Si tras varios intentos con un par de cucharillas o moscas diferentes no ha habido resultado, podemos continuar hasta la siguiente poza e iniciar de nuevo el ritual.

Ejemplo de poza pequeña.

Se recomienda el procedimiento anteriormente descrito, puesto que si las truchas de una poza nos detectan y entran en “estado de alarma” seguramente ya no coman ni nos hagan caso hasta que desaparezcamos un buen rato de allí, siendo así preferible el buscar una nueva postura donde aún estén activas y no alarmadas.

Poza de mayor tamaño.

Como ya hemos comentado, las truchas son por lo general pequeñas, teniendo que utilizar cucharillas del 0 o del 1 y moscas no muy grandes. Aun con todo y con eso, tendremos bastantes picadas fallidas, pero por lo general la diversión está asegurada.

A pesar de estar metidos en una garganta, encontraremos aquí el espacio suficiente para pescar con cola de rata sin grandes apreturas pues la vegetación no es tan cerrada como en otros tramos del Lozoya.

Si nos posicionamos bien utilizar la cola de rata no será un problema.

A modo de reto del siglo, o tal vez casi de broma, por motivos de gestión y mejora de las poblaciones de trucha común viene indicado en la orden de vedas que el primer miércoles de cada mes, se podrá permitir la captura con muerte de trucha común de talla superior a 40 cm -ya puestos podía permitirse también la extracción de esturiones-.

Los aparcamientos no abundan, y dejar el coche en un arcen de la carretera es sinónimo de multa. Hay dos pequeños parkings en los recodos que hace la carretera y otro en la zona del restaurante “La Isla”. El fin de semana conviene madrugar si no queremos quedarnos sin hueco.

Situación de los aparcamientos.