El embalse de Ulldecona está ubicado en la provincia de Castellón, lindando con Cataluña y Aragón. Tiene 11 hm³ de capacidad pero es tristemente famoso por haber sufrido diferentes episodios de sequias, los últimos de ellos en 2012 y 2018, donde en ambos casos la capacidad del embalse se situó alrededor del 1% y la administración se vio obligada a hacer estudios de la ictiofauna para evitar una mortandad total de los peces.
Hoy en día, en 2022, la masa de agua parece haberse recuperado en estos cuatro años de forma asombrosa, en parte gracias a haber mantenido desde entonces unos niveles de agua estables y una aparente calidad del agua formidable.
Si nos acercamos a este bellísimo paraje, podremos ver rondar por sus orillas gracias a sus transparentes aguas a blackbass, carpas, barbos, alburnos, alguna trucha, alburnos y sobre todo muchísimas Madrillas. Lógicamente, no han tenido tiempo de alcanzar cifras estratosféricas en estos años, pero sí de alcanzar tamaños notables que nos permitirán pasar un gran día de pesca.
El pantano está calificado como ZPL, es decir zona libre de pesca, con lo que solo necesitaremos nuestra licencia de pescador para acudir a mojar la caña. Consta de dos brazos de agua, uno en dirección este-oeste y otro norte-sur, quedando la presa en el codo formado por ambas.
Probablemente la zona más interesante para la pesca sea la próxima al puente de la carretera CV-105, donde podremos encontrar fáciles accesos al agua. Debajo del puente, es un excelente lugar para tentar a los blackbass con cucharillas, o si no parecen estar muy orillados con vinilos plomados o crankbaits.
Desde este punto, podemos seguir un sendero paralelo a la carretera y a la lengua este-oeste en el que iremos encontrando fáciles accesos al agua cada pocos metros.
A mitad de la lengua, llegaremos al Área recreativa Umbrías de Benifasar, donde además de suaves orillas donde usualmente se baña la gente y también encontraremos una zona donde aparcar.
Continuando hacia el oeste, encontraremos una orilla más escarpada y si conseguimos llegar hasta el final nos encontraremos en la desembocadura del río Cenia, que es el principal tributario del pantano.
Otra opción, es tomar el brazo norte-sur desde el anteriormente citado puente. En este caso, tendremos que seguir una pista forestal paralela al agua, no obstante, según avancemos hacia el norte iremos encontrando mayor desnivel entre la pista y el agua, lo que nos dificultará notablemente los accesos.
Como recompensa, encontraremos sitios más salvajes y muy poco pescados. En la zona más norteña, nos deleitará la vista la entrada del Río Barranco de la Fou en el embalse, con unas aguas absolutamente cristalinas.
En las cercanías del puente hay un pequeño complejo turístico llamado Molí l’Abad, en el que podremos comer, o alquilar kayaks, pedalos, tablas de paddle surf… no obstante esto no debe inquietarnos ya que no hay embarcaciones a motor que puedan espantar la pesca.
Esta masa de agua, debería ser un ejemplo de como manteniendo una buena calidad de agua y unos niveles estables es posible recuperar la población piscícola en muy pocos años, ya que la naturaleza hace lo que mejor sabe hacer, que no es ni más ni menos que abrirse paso cuando no la molestamos.