Archivo de la etiqueta: Boga

Coto de Santa María de la Alameda, río Aceña, tramo 2

El coto de Santa María de la Alameda es otro de los tres cotos de truchas arcoíris de la Comunidad de Madrid en activo. Está gestionado por el Club de Pesca Santa María consorciado con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid.

La web del club es https://clubpescasantamaria.webnode.es/ Aquí podremos encontrar indicaciones geográficas, cuando se han realizado las últimas sueltas, tarifas de socio, etc.

Para sacar los permisos, debemos acudir al Restaurante Sidrería La Casona. También podremos sacarlos online en la web de la comunidad de Madrid en la web https://www.comunidad.madrid/servicios/urbanismo-medio-ambiente/permisos-autorizaciones-pesca dentro del apartado “Solicitud de permisos”. Desde Pesca en España preferimos hacerlo en el restaurante para sufragar los gastos del club en las sueltas.

Contamos con tres tramos acotados en esta parte del río, dos de ellos sin muerte para la trucha común, pero en esta entrada nos vamos a centrar en el tramo 2. En este tramo se realizan sueltas con trucha arcoíris cada tres semanas y podemos pescar con muerte (cupo de cuatro) o sin muerte.

El tramo va desde el puente sobre la carretera de Robledondo-Santa María hasta la zona denominada “Los Huertos”, aproximadamente 3 km aguas abajo.

Una de las mejores formas de empezar en este coto es dejando el coche en el aparcamiento al lado del Puente del Aceña.

Parking Puente del Aceña
Foto desde el puente

Desde aquí podremos empezar a sondear las primeras pozas siguiendo una pista paralela al río en el margen derecho aguas abajo. Las pozas se van alternando con zonas de corrientes rápidas, donde nos será más complicado pescar.

Primeras pozas

Pronto la pista llega a un pequeño puente encima de una poza por el que tendremos que cruzar para situarnos en el margen izquierdo aguas abajo; a partir de aquí es más que recomendable llevar el vadeador, ya que salvo que conozcamos muy bien la zona o el río tenga muy poco caudal, tendremos que meternos de vez en cuando en el agua para proseguir.

Una vez llegados al “Molino de la Aceña” encontraremos más tablas donde poder pescar; suele ser un buen sitio para intentarlo a mosca.

Si proseguimos, durante el próximo kilómetro, se seguirán alternando las pozas con pequeños saltos de agua, tablas y zonas de corrientes rápidas. Este kilometro es posiblemente el más escarpado y el que tiene los accesos más alejados, si llevamos mucho material puede llegar a ser fatigoso.

Las limpias aguas nos permitirán ver las luchas

Finalmente, llegaremos en la zona donde desemboca el pequeño Arroyo de la huelga a una larga pradera con varias tablas y mucho más cómoda de andar, esta está inmediatamente anterior a la zona de “Los Huertos” donde acaba el coto. Hasta este punto, podemos acercarnos también en coche a través del Camino de Bocanegra que conecta con la carretera M-538.

Pradera antes de “Los huertos”

El camino mencionado anteriormente, no se halla en muy buen estado, un utilitario podría sufrir daños en los bajos por lo que es recomendable acceder solo con SUV o 4×4. Si está embarrado o ha llovido, es mejor no pasar del punto indicado en el mapa de más abajo con nuestro vehículo salvo que sea 4×4, ya que, si no, bajar bajaremos, pero subir ya será otro cantar.

Además de haber algún barbo, si pescamos muy fino, puede darnos una sorpresa algúna boga.

Boga del río Aceña

Embalse de El Atazar

Estamos ante el embalse más grande de la Comunidad de Madrid, no en vano se ha ganado el sobrenombre de “El mar de Madrid” con 426 hm3 de capacidad. Tiene una imponente presa de 134 m de altura desde cimientos que recibe las aguas del rio Lozoya y alberga casi la mitad de agua embalsada de la región.

Es conocido por los pescadores por ser un embalse difícil donde las capturas pueden llegar a ser complicadas, no obstante, cada una de ellas nos dará una gran satisfacción. Si queremos ir a pescar a este hermoso lugar –declarado de aguas libres-, debemos saber que sus orillas y rincones tienen en general un acceso complicado, y en muchos casos deberemos caminar veinte o treinta minutos hasta llegar al agua desde donde podemos dejar el coche. Es por ello por lo que conviene ir ligero, sin mucho material. El vadeador no es necesario en la mayor parte pantano.

Esto, que en principio es un inconveniente, también puede ser algo positivo, pues en no muchos lugares encontraremos tantas reculas y escondrijos donde nadie a buen seguro nadie ha puesto un pie en varias semanas.

Está prohibida la circulación de vehículos en los caminos entre Cervera de Buitrago y el pueblo del Atazar, en este último hay incluso una cámara instalada para leer las matrículas. Tampoco podremos aparcar en el restaurante “El Picachuelo” salvo que seamos clientes, bajo el riesgo de encontrarnos una desagradable sorpresa en el parabrisas.

Mapa del pantano

La zona cercana a El Berrueco es la más accesible, pero en los meses de verano encontraremos muchos bañistas (a pesar de ser una actividad prohibida en este pantano).

Las especies más abundantes son el alburno y el barbo, a los que veremos sin mucha dificultad patrullando las orillas. Este último, es pescado muy habitualmente con pan a flote o con diferentes cebos a fondo. Otros peces que disfrutan de este mar de interior son; el lucio, el blackbass, la trucha común, la carpa común, la carpa royal, el carpín, la boga, el gobio y la percasol.

Particularmente, creo que este lugar, además de poseer una enorme belleza tiene algo mágico que nos devuelve a la pesca más pura en soledad, pudiendo descubrir por nosotros mismos rincones increíbles donde obtener trofeos inolvidables. Los ejemplares que habitan en sus aguas son a veces un misterio, pues con tanta agua y lugares donde esconderse podría haber auténticos colosos escondidos.

Sobre zonas, a los depredadores tendremos que buscarlos en las reculas y cortados, la entrada del río de la puebla es un buen sitio donde tentarlos. En cuanto a los ciprínidos, podremos hacer un cebadero en cualquier zona de playa que dará buenos resultados, no hace falta buscar mucha profundidad pues a veces pasean a dos metros de la orilla.